16/6/09

el ipc

Al contrario que la mayoría de los adultos, que ya hemos demostrado que adonde vamos a lograr llegar es exactamente a ninguna parte, los niños son una pura potencialidad con una capacidad de sorpresa asombrosa.

Mi hijo el mayor, que suele oscilar sin esfuerzo alguno entre la genialidad galopante y la inutilidad pura, se enfrentaba hace poco a un problema de matemáticas:

«¿Tienes suficiente con un billete de 20€ para comprar 10 bolis que cuestan 2,25€ cada uno?»

— No lo entiendo —dice.
— ¿Qué no entiendes?
— Pues que si uno cuesta dos con veinticinco entonces diez por dos veinte y con los picos ya no te llega.
— Pues ya has hecho el problema, sólo te falta escribirlo. ¿Qué es lo que no entiendes?
— Lo que no entiendo es que un boli cueste tanto dinero.
— (...)