Fue en un control de alcoholemia y a día de hoy el máximo permitido es, exactamente, 0.24. A partir de 0.25 ya te adentras en la desagradable senda de las multas y los problemas.
— Va usted al límite, caballero —me comenta papá policía.
— Es como me gusta ir —he dicho antes de acelerar.
— Es como me gusta ir —he dicho antes de acelerar.
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